Escribiré, aun cuando sea en silencio,
Sobre mi tumba, escucharás mis versos,
palabras desgarradas de lo hondo de mi alma,
alma muda y quieta que hablará.
Veo tu nombre entre cielo y mar de estrellas,
Verás el mío entre niebla y sepultura viva,
El epitafio errante en tus ojos oscuros,
Eterno naufragio de mis rosas de otoño.
Caminante a la deriva y en penumbra
Es tu ser, testigo del llamado silencioso
Que habla aun cuando no hay más palabras,
En aquella larga despedida en el cielo
Nocturno, oscura, pérdida,
Sosteniendo en sus manos yertas
Las últimas palabras nunca dichas.
Sakura Okashi